El COVID-19 tiene fecha de expiración. Las problemáticas surgen cuando no se entiende que todavía quedan, por lo menos, 8 meses más en los que en los países que todavía no repartieron vacunas masivamente, las restricciones y los cuidados serán moneda corriente y necesaria para evitar una destrucción de las pequeñas y medianas industrias que han podido sobrevivir la crisis del año 2020.